San Román de Castro
Se accede desde La Puebla de Castro por el PR- HU 75 en un agradable paseo. El conjunto formado por el castillo y la iglesia de San Román es también accesible por pista, que a corta distancia del pueblo, junto a una granja, coincide con el sendero antes indicado. De ir en coche hay que dejarlo junto a una valla que corta el paso a escasa distancia ya del objetivo.
El lugar es una excelente posición defensiva. La iglesia está al sur del castillo en zona menos elevada. Sus coordenadas UTM son: 0276936 y 4667231.
Majestuosa iglesia de nave única cubierta con bóveda de cañón, reforzada por tres arcos fajones que arrancan de pilastras adosadas.
Una imposta ajedrezada marca el arranque de la bóveda.
El ábside es semicircular y está precedido de un profundo arco presbiterial. El interior del ábside está decorado con una serie de arcuaciones, sostenidas por cuatro columnas con capiteles esculpidos, que enmarcan las tres ventanas de arco de medio punto de doble derrame y tres arcos en gradación por el interior. Lo recorre una especie de zócalo, de manera parecida a los bancos de piedra adosados a los muros laterales, en alguna zona formados por dos y hasta tres escalones.
El exterior del ábside muestra arcuaciones entre lesenas y se levanta sobre un zócalo. Un friso ajedrezado rodea el ábside bajo el alero.
El zócalo hacia el sur es doble, para salvar el desnivel del terreno.
A poniente se abre la puerta principal de arco de medio punto dovelado. No hace muchos años estaba protegida por un rústico pórtico que la escondía y afeaba.
En la clave tiene esculpido un Crismón trinitario. Hay quienes lo ven como procedente de una construcción anterior, pero lo cierto es que la dovela en que está es muy similar a las restantes de la portada.
Más arriba vemos una ventana de arco de medio punto, dovelada, de doble derrame, y el campanario de espadaña de dos ojos, con una pequeña campana en uno de ellos.
En los muros laterales hay sendas puertas, más pequeñas, doveladas, medio tapadas por un contrafuerte. Tras la puerta norte hay que descender unos escalones para llegar a la nave.
En la puerta sur hay que descenderlos para llegar a ella desde el interior. Respecto al suelo exterior queda elevada ya que sólo quedan escasos restos de los escalones que conducían a ella.
A la izquierda de las escaleras que bajan a la puerta sur hay una inscripción que no consigo interpretar.
En el exterior, formando parte del contrafuerte situado a poniente de la puerta, hay un sillar reaprovechado con una inscripción funeraria en la que se lee: «…cui sit requies A …». Iglesias aún leyó encima «Obiit Andreas Diaconus» y según cuenta alguien había llegado a leer al final «anno millesimo secundo». Esta fecha le hace suponer que pudo haber aquí algún edificio anterior a la conquista cristiana y esa lápida correspondería a alguna comunidad mozárabe.
Entre las puertas laterales y la fachada se abre también en cada muro una ventana de medio punto, dovelada y abocinada. La del muro norte muy cercana al suelo exteriormente.
Bajo la cornisa, un friso de ménsulas recorre los muros norte y sur.
Entrando a la iglesia, a la izquierda de la puerta está la pila bautismal, formada por una gran semiesfera con tapa.
A su lado está la escalera de acceso al coro, lo más conocido de esta iglesia por su artesonado. El coro se levanta sobre un gran arco rebajado y el artesonado muestra una gran cantidad de escudos, figuras geométricas y animales reales e imaginarios, todo ello en una variada y rica policromía.
El acceso al coro no debía ser por la aparentemente provisional y no demasiado antigua escalerita actual con algún peldaño de dudosa estabilidad, sino a través de alguna estructura desaparecida adosada al muro norte, donde el coro se interrumpe antes de alcanzar la pared.
Máscaras entre monstruosas y grotescas, escudos heráldicos y decoración geométrico-vegetal en vistosos colores van llenado por completo las vigas y tablones.
Es muy conocida la tabla con un raro elefante sosteniendo una torre, que puede representar el animal usado como arma de batalla o más sencillamente una pieza del juego del ajedrez tan popular en la época.
En una de las ménsulas que sotienen el coro hay pintado un bello rostro de mujer.
Hace años desaparecieron un par de tablas. Una de ellas conocida como el «Perezoso» se recuperó y actualmente se guarda en el pequeño museo-tesoro habilitado en la sacristía de La Puebla de Castro.
Los capiteles de las columnas del presbiterio antes citados muestran decoración vegetal los dos del lado norte y figuras esculpidas los del lado sur. En el más meridional hay un conjunto de personajes, probablemente clérigos, en diversas posiciones. dos llevan libros y otro toca un instrumento de viento.
El otro capitel historiado muestra dos seres humanos, uno descuajaringando un león (¿Sansón?).
En el ábside hay también pintadas diversas cruces de consagración.
Y empotrado en el muro un pequeño depósito para aceites.
En el muro norte, en el gran espacio que deja el arco presbiterial se situaba el denominado Balcón de la Marquesa, bonita obra de marquetería, cuyas partes se guardan ahora en la iglesia parroquial de la Puebla esperando volver a su lugar original.
Todos los muros muestran un aparejo de sillares bien cortados y pulimentados, colocados en hiladas regulares. Abundantes agujeros de andamiaje, en este caso posiblemente conservados con motivación meramente decorativa, aparecen tanto en el ábside como en los muros laterales.
Ambos muros laterales están reforzados por cuatro contrafuertes, de los que tres corresponden a los arcos fajones y el otro prolonga lateralmente la fachada oeste.
Las cubiertas fueron restauradas, colocando las losas escalonadamente.
Esta iglesia (hoy, ermita) aparece citada a fines del siglo XI. En el año 1987 en unas obras de restauración apareció el acta de consagración fechada en 1120, pero el edificio actual parece posterior.
Posiblemente se inició en el siglo XII, manifestando un cierto conservadurismo en las formas lombardas, y debió finalizarse más tarde, ya que los contrafuertes que corresponden a los arcos fajones que sostiene la bóveda tapan parte de las puertas laterales y por consiguiente la bóveda debe ser posterior al ábside y a los muros laterales. En esta época, finales del XII o probablemente ya en el siglo XIII, debió realizarse la cubierta y quizás abrirse la puerta a poniente. El coro y su decoración serían obra de principios del siglo XIV. La espadaña es indudablemente más moderna.
Ha sido restaurada recientemente. Debió haber otras restauraciones anteriores, alguna de ellas a finales del siglo XIX o principios del XX porque en unos sillares situados al lado de la puerta principal se pueden leer las fechas 1897 y 1913, lo que permite confirmar que los últimos habitantes no se fueron hasta entrado el siglo XX.
En 1944 esta iglesia fue declarada Monumento Nacional
Procede de aquí el retablo que preside el altar mayor de la iglesia parroquial de La Puebla de Castro. En 1936 el retablo se desmontó y las tablas fueron trasladadas a Suiza, de donde pudieron ser recuperadas al finalizar la guerra. Anteriormente a su traslado tapaba toda la cabecera del ábside.
También son de aquí dos tablas góticas con San Pedro y San Pablo, que se guardan en el espacio habilitado como pequeño museo en la iglesia parroquial de la Puebla de Castro, fechadas en 1303.
Se acude en romería a esta iglesia el domingo de la segunda Pascua.
Bibliografía:
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