Nuestra Señora del Puy de Sos
Hay que coger la pista a Ramastué y dejarla en la primera curva a la derecha, para seguir de frente por el antiguo camino a Eresué, que conserva buena parte del antiguo empedrado. Actualmente se ha acondicionado y señalizado como PR-HU 85. Recorridos menos de cien metros la ermita queda arriba a la derecha. Antes rodeada por la vegetación era difícil acceder a ella; se limpió el acceso, pero un letrero prohíbe el paso debido al riesgo de desprendimientos. Sus coordenadas UTM son 31 T 0293255 y 4712921.
De una nave cubierta con bóveda de cañón, que hasta hace unos años estaba hundida parcialmente en la zona de entrada al ábside y amenazaba su hundimiento total en muy breve plazo. El plazo ya se ha cumplido y sólo queda una pequeña parte de la bóveda hacia los pies. Sostenía la bóveda un arco fajón que arrancaba de rústicas ménsulas.
En el muro norte hay dos pilastras con capiteles que no tienen ninguna función. Probablemente de ellas –y sus simétricas en el muro sur, desaparecidas- partiesen dos arcos fajones primitivos, que en algún momento debieron hundirse con la bóveda, que fue reconstruida.
El ábside es semicircular, sin ningún tipo de articulación con la nave. En el centro tiene una ventana con derrame interior, tapiada y no visible exteriormente.
La puerta de acceso, en el muro sur, es de arco de medio punto, dovelada, sobre jambas monolíticas al exterior, y adintelada con viga de madera al interior. Le queda poco tiempo para que caigan las dovelas.
En el muro sur hay dos ventanas rectangulares, con las jambas de tosca, con derrame al interior. Otra ventana del mismo tipo se abre en el muro occidental.
En el muro norte, hacia los pies, hay cuatro nichos cuadrados y otro cerca de la cabecera. Al sur del ábside hay otro similar.
Quedan restos de un banco de piedra a lo largo del muro norte.
Los muros interiores conservan parte del revocado que los cubría.
El aparejo es de sillares de granito, bien tallados, sin pulimentar, formando hiladas. En la bóveda alternaban fragmentos de buenos sillares con otros de lajas, posiblemente consecuencia de las reformas en que se produjo el cambio de arcos fajones. Un contrafuerte en talud, medio caído, reforzaba el ángulo sudoeste.
La cubierta era de losas.
En una casa del pueblo –que los vecinos nunca dirán cuál es- se conserva una talla en madera policromada de la Virgen, del siglo XII, procedente de esta iglesia, que Iglesias y Catalunya Romànica consideran procedente de San Andrés.
Aramendía ve esta ermita del siglo XIII, muy avanzado. En Catalunya Romànica ni siquiera aparece. Resulta absurdo negar a esta ermita origen románico, cuando se fecha la talla de la Virgen en el siglo XII, aunque es evidente que debió ser restaurada y modificada en época renacentista. En 1936 fue incendiada con su retablo y demás contenido, sólo se salvó la talla de la Virgen, que un vecino escondió en su casa hasta pasada la guerra.
Relacionada con la leyenda de que hay una reina enterrada en la parroquial de San Andrés está la de que en esta ermita estaba enterrado su tesoro.
Bibliografía:
ARAMENDÍA, José Luís: El Románico en Aragón, vol. II, Cuencas del Ésera y Cinca, Librería General S.A., 2001, p. 132-134.
Enciclopedia del Románico en Aragón. Vol. III, Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, 2017, p. 1399-1401.
ENRÍQUEZ DE SALAMANCA, Cayetano. Rutas del románico en la provincia de Huesca, Madrid, 1987, p. 116.
IGLESIAS COSTA, Manuel: Arte Religioso del Alto Aragón Oriental, Arquitectura Románica, tomo IV, Prames, Zaragoza, 2004, p. 169.
LAGLERA BAILO, Cristian: Inventario de las ermitas de Huesca, tomo 2, Ribagorza, p. 458.