San Martín de Perarrúa
En Lo Mon, pasada Casa Castán, a los quinientos metros hay que dejar la pista que se dirige a Argüés y desviar a la izquierda. Doscientos metros más adelante, en una nueva bifurcación, hay que ir de nuevo a la izquierda y en menos de un kilómetro se acaba la pista, quedando a la izquierda, ocultos en el bosque, los restos de San Martín. Coordenadas UTM: 31 T 281034 y 4683148.
Iglesia de una nave, cubierta con bóveda de cañón, y actualmente con cabecera plana.
Se conservan los muros laterales y un tramo de la bóveda, a levante de la iglesia.
El arranque de la bóveda es visible en el muro norte.
Unos metros al este de la iglesia se ven perfectamente las primeras hiladas de la base de un ábside semicircular, que en algún momento –probablemente antiguo- fue eliminado con el tramo de la nave más cercano a él y sustituido por la actual cabecera.
En el muro sur se abría la puerta, en un tramo caído donde sólo se conserva la base de las jambas.
En los ángulos y a ambos lados de la puerta es muy notorio el regruesamiento de los muros.
En la zona del presbiterio hay un nicho rectangular en el muro norte y uno muy grande cuadrado en el sur. Junto a éste se abre una ventana, que debió ser escalonada interiormente.
El aparejo es de sillares bien escodados, sin pulimentar colocados ordenadamente en hiladas. Hay muchos agujeros de andamiaje, sobre todo en el muro de poniente.
La cubierta debió ser de losas, si bien se han perdido casi todas. Donde mejor se conservan es en el alero sobre el muro norte.
Iglesias considera el actual cerramiento de la cabecera como mero tabique, realizado debido al derrumbe de la bóveda del ábside anterior. Yo creo que no es así y que debió sustituirse el ábside anterior intencionadamente, quizás para transformar la iglesia en lugar fortificado, pues hay construcciones que parecen bases de torreones junto a los restos del ábside semicircular.
El regruesamiento de los muros, que manifiesta una forma muy peculiar de articularlos, es similar a los casos de Santa Engracia de Panillo, San Martín de Caballera y San Juan de Besians, lo que conduce a Iglesias a considerarlas obras de un mismo equipo de constructores, que debió actuar en la comarca a caballo de los siglos XI y XII. La ventana escalonada que he citado ayudaría a confirmar la hipótesis, pues en San Martín de Caballera hay otra similar.
Junto a la iglesia hay construcciones que inducen a pensar que estuvo integrada en alguna fortificación. Además de las bases de los torreones mencionados, al este, hay un grueso muro paralelo al de poniente de la iglesia a corta distancia de éste, un espacio circular, que pudo ser una cisterna, al sudoeste, y otras ruinas, cuya proximidad no hace suponer que fueran viviendas independientes.
Además, entre el bosque, por los alrededores, se hallan los restos de lo que fuera el poblado de San Martín de Petra rubea o Petra Rua, que hay quien señala como anterior a la invasión musulmana.
Habiendo sido parroquia, debió tener cementerio, del cual, entre las ruinas de los alrededores, no se aprecia ningún resto
Citada en 1110. En 1665 aún aparece como parroquia.
Muchos de los sillares de esta iglesia y del poblado se emplearon en la restauración realizada en el castillo en 2001-2002, lo que dificulta aún más la correcta identificación de las construcciones.
Además de los restos del poblado se ven por el entorno grandes losas usadas como señalización de caminos o con lo que algunos interpretan como megalitos de época prehistórica, que recuerdan las construcciones del robledal de los dólmenes de Cornudella.
Desde este lugar se divisa una inmejorable vista del valle del Ésera.
Bibliografía:
ARAMENDÍA, José Luís: El Románico en Aragón, vol. II, Cuencas del Ésera y Cinca, Librería General S.A., 2001, p. 170-172.
Catalunya Romànica, vol. XVI, la Ribagorça, Barcelona, 1996, p. 546-547.
Enciclopedia del Románico en Aragón. Vol. III, Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, 2017, p. 1253.
IGLESIAS COSTA, Manuel: Arte Religioso del Alto Aragón Oriental, Arquitectura Románica, tomo III, Prames, Zaragoza, 2004, p. 231.
LAGLERA BAILO, Cristian: Inventario de las ermitas de Huesca, tomo 2, Ribagorza, p. 197.